sábado, 7 de enero de 2012

.

Vamos a empezar siendo sinceros, ¡NO TENGO NADA CLARO!, ¿qué se debe hacer?, ¿comportarse como todo el mundo o hacer lo que te dé la real gana?, ¿ser bueno y sincero con todo el mundo, o mentirles y ser borde con los que te caen mal? Digamos que ahora mismo estoy tratando de clasificar hechos según sus efectos. Hasta ahora, creo que he intentado crear una especie de equilibrio entre esos dos, aunque tampoco es esto algo que pueda afirmar con total seguridad, puesto que, ¿somos realmente conscientes de nuestros actos?, y cuando hacemos algo mal, ¿por qué?, ya que si ahora mismo afirmo que está mal, es porque me he dado cuenta, pero en el momento en el qué lo hice, ¿por qué no me di cuenta? ¿RACIONALIDAD, DONDE TE METES? En serio, llevo toda mi corta vida buscándote, y por ahora, poco sé de ti.
Cuenta la leyenda que nunca has existido en un ser en tu totalidad. ¿Tú y la iracionalidad sois como el ángel y el diablo con forma de Pluto que se ponían cada uno en uno de sus hombros para que hiciera algo bueno o, en su defecto, malo? Aunque, tampoco esto segura de que la racionalidad sea lo bueno, imaginate realizando un acto racional, en el cual haces daño a alguien, ¿lo has echo bien o lo has echo mal? 
Os estaréis dado cuenta de que considero este, nuestro mundo, un mundo de contradicciones. 
A veces incluso me imagino como un muñeco de los sims al que en cualquier momento meterán en una piscina y quitarán la escalera. Me siento tan pequeña, en algo tan grande. ¿qué hace, qué decir? Claro que eso es si importa lo que hagas o lo que digas, que viene siendo consecuente a lo que piensen de ti. ¿Qué quieres que piensen de ti? ¿cosas buenas?, pero a ver, ¿por qué? Es superficial, creo yo, pero a la vez es... algo, algo que no sé como describir. 
Describamos esto como una enorme confusión, que a lo largo de debates conmigo misma que explayaré aquí, trataré de aclarar.